Coproducción: evita el “Club de los productores suicidas”
¿Es necesario pensar a nivel internacional para producir?
Si tu proyecto requiere un elevado presupuesto y grandes recursos en cuanto a la producción, debes posiblemente coproducirlo y pensar en explotación a nivel internacional, porque un enfoque local será insuficiente para financiarlo y recuperar la inversión. La coproducción internacional permite acceder a más recursos económicos y técnicos para la obra audiovisual. Otra opción es pensar si realmente necesitas esa inversión y no es mejor empezar por algo más sencillo, que si alcanza éxito te será más fácil obtener recursos para hacer una versión nueva.
“El Mariachi” de Robert Rodríguez fue un buen ejemplo, ya que fue rodado con 6.000 dólares y gracias a ello le contrataron para hacer “Desperrado” con Antonio Banderas y un presupuesto millonario; o algunos anuncios que se crean primero para Internet y ante su éxito se realizan posteriormente campañas en televisión adaptadas y con más presupuesto.
La coproducción es también una posibilidad real de poner en valor sinergias y cooperación tanto creativa como industrial. Es cierto, no se puede cuestionar que el escenario legal y financiero que rodea la producción cinematográfica en España en este momento apunta a la salida al exterior por parte de productores y creadores españoles para levantar proyectos, sobre todo debido a la merma financiera sufrida desde 2007 y la reducción las fuentes de financiación.
Pero eso implica encontrar los temas y los enfoques “coproducibles”, como por ejemplo el conocimiento común de los creadores, la viabilidad real de los proyectos en coproducción dentro de los marcos legales y las situaciones financieras entre países, la actitud del público local y de los países de destino. Todo un conjunto de factores que hay que alinear para cada uno de los proyectos que abordamos en coproducción. Por ejemplo, con la entrada en vigor del último decreto en materia de legislación cinematográfica en España, la posición de un coproductor español empieza a ser minoritaria en Latinoamérica, incluso en proyectos de presupuesto medio.
La competencia se hace más difícil o casi imposible debido a la reducción drástica de apoyo financiero público. Se han ido limitando poco a poco las posibilidades de apoyo por parte de nuestro instituto de cine, y con unos operadores televisivos muy poco permeables a contenidos menos comerciales y más autorales. De momento, sufrimos una realidad muy complicada.
¿Cuál es mi capacidad financiera? ¿Necesito una coproducción?
La creación de contenido audiovisual es un negocio de capital riesgo. No hay una fórmula que garantice el éxito. Empiezas invirtiendo para obtener un retorno. Llegará sólo cuándo tengas el contenido terminado y se explote. Esto quiere decir que debes tener acceso a entidades financieras. Estas puedan anticipar fondos (línea de crédito, préstamo participativo, descuento de contratos, préstamo puro y duro, etc.) para disponer de la tesorería suficiente para la producción y la distribución. Todo ese dinero se debe anticipar, financiar y abonar, incluso auditar si depende de ayudas oficiales.
Así que debes disponer de un buen “musculo financiero”, incluso en coproducción. Tienes que conocer tus límites de endeudamiento y de crédito. No te auto engañes, Puedes poner en peligro el acabado del contenido o su futura explotación por falta de recursos. Incluso dejar daños colaterales (Avales, prestamos familiares, hipotecas inmobiliarias)
Pregúntate sobre tus fortalezas y debilidades
– ¿Qué cantidad del presupuesto podría financiar y cuál es mi capacidad financiera?
– ¿A qué fuentes de financiación puedo acceder desde mi estructura?
– ¿Qué parte de la película puede fabricar y cual será mi aportación tanto en medios creativos industriales o financieros?
– ¿Qué tipo de alianzas voy a necesitar y donde encontrarlas?
Contestas con sinceridad. Evitara auto engañarte porque tu “obsesión vocacional” es hacer una película si o si. Podrás buscar alternativas y/o alianzas con tercero que compensen tus deficiencias y debilidades, sobre todo financieras.
En una coproducción deber evita entrar en el “Club de los Productores Suicidas”
La falta de reflexión y decisiones acertadas terminan generando daños colaterales a los familiares y amigos y terminan hipotecando gran parte de tu vida para pagar las deudas contraídas. Ten cuidado con quedar encandilado por el «dinero blando» de la ayudas públicas. Será insuficiente para acometer la obra y necesitarás financiación alternativa procedente del mercado. Esos cantos de sirenas del mundo del cine y del audiovisual pueden hacerte perder un buen trabajo.
A veces, las aventuras ególatras o “vocacionales” terminan costando caro. El precio a pagar es alto cuando no has calibrado bien la dimensión del proyecto, la capacidad financiera y la de gestión. Cuanto antes seas consciente de que un proyecto es inviable, Mételo momentáneamente al cajón de proyectos. Menos tiempo y dinero habrás perdido. Siempre y cuando hayas agotados todas sus posibilidades y potencial. No te quedes en la superficie. No bajes la guardia al tercer NO. Es un trabajo vocacional de corredor de fondo.
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