Coproducir con televisiones o plataformas
Bajo qué marco legal coproducir
Al momento de coproducir a nivel internacional, debemos mirar de cerca los marcos legales que van a proteger nuestra coproducción, ya sean tratados bilaterales de coproducción o convenciones internacionales. La coproducción televisiva carece de ese cuadro de protección legal en la mayoría de los países, dejándolo a una mera relación comercial entre varias partes. Puede estar sujeta al cumplimiento del certificado de obra y su nacionalidad si es necesario por tema de cuotas de mercado.
Desafortunadamente, el Convenio europeo de coproducción internacional solo se aplica a las coproducciones de obras cinematográficas, excluyendo así de su alcance las coproducciones de obras audiovisuales. La relación asociativa entre productoras y cadenas de televisión o plataforma es meramente comercial dentro del marco legal de cada país y las direcciones de la Unión europea. No se desea ampliar el alcance de la Convención de coproducción a las obras audiovisuales porque normalmente no se rigen por acuerdos de coproducción celebrados entre Estados. Por lo tanto, no es necesario armonizar las normas internacionales que les conciernen. Sin embargo, hay un volumen de países que si disponen de tratados bilaterales de televisión. Por ejemplo, España tiene solo dos tratados bilaterales de televisión con Canadá y con Argentina, China solo tiene uno con Nueva Zelanda. Los países más activos en coproducción televisiva son Francia y Canadá disponiendo incluso de fondos de coproducción automáticos.
Financiar más para contratar mejor
El informe de la UE (Producción y circulación de la ficción televisiva pone de relevancia que casi no hay coproducciones para las series y telenovelas de larga duración, habitualmente destinadas a un mercado local. La proporción de coproducciones (apenas un 9%) parece ser baja también en las series de televisión de alta gama si se compara con el volumen de coproducciones de películas.
Según el Observatorio Audiovisual Europeo, el motivo radica en que la gran mayoría de las ficciones televisivas han sido financiadas habitualmente por las propias cadenas y plataformas para tener el control absoluto de sus contenidos. No obstante, la tendencia se está invirtiendo. La coproducción permite repartir tanto la inversión como los posibles riesgos que conlleva crear una serie, aumentar las opciones de explotación en otros mercados y encontrar público para las propuestas más innovadoras. Por estas razones, surge la posibilidad de hacer acuerdos de coproducción con otros países a los que les interesa hacer contenidos diferentes con talento español o latinoamericano, que disponemos. Se puede detectar en el mercado, un apetito muy grande por el contenido en español, sin renunciar a la posibilidad de hacer otros contenidos para plataformas no tan globales
El desembarco de los gigantes
2015 fue un año clave que vio llegar a Netflix, seguido posteriormente por Amazon, HBO, SKY (Que duró poco), Apple, o Disney+, entre otros. Fueron descubriendo una industria madura, poco regulada por los sindicatos, laxa en su legislación, y capaz de producir series de calidad a un precio más que competitivo frente a otros países europeos. Fue el pistoletazo de salida para que las series empezaran a proliferar por toda la piel de toro. Este boom de la producción de ficción va unido al crecimiento de plataformas, a una mayor oferta que satura al consumidor. Marcar la diferencia entre plataforma con contenidos originales y propio es la pauta que domina. Necesita periódicamente una serie blockbuster como cada major de Hollywood ha requerida entre 15 a 20 largometrajes blockbusters anuales para generar la tracción de la taquilla mundial.
La globalización de las plataformas con presencia mundial está facilitando la exportación o internacionalización del contenido. De este modo, un producto producido para un mercado nacional puede hoy tener un público minoritario en una plataforma y puede amasar una audiencia mayor porque en otros territorios existe público con las mismas afinidades o los mismos gustos
Netflix y Amazon coprodujeron series de televisión con cadenas de televisión:
- En lo que respecta a Amazon, las dos series de televisión identificadas («The Collection» y «Fleebag») fueron coproducciones (con France Télévision y BBC respectivamente)
- En lo que respecta a Netflix, 2 de las 7 series de televisión identificadas fueron coproducciones («Crazy Heads» y «Dirk Gently’s Holistic Agency», coproducidas respectivamente con Channel 4 y BBC), y las otras fueron 100% financiadas («The Crown», «Black Mirror”, “Marseille”, “Lovesick” y “Residue”)
Un enfoque en las coproducciones europeas muestra que el 56% de los próximos títulos originales de Netflix y Amazon proceden de cuatro mercados europeos claves (Dinamarca, Países Bajos, Reino Unido y España) y son coproducciones. Estos incluyen la serie británica “King Lear”, en asociación con BBC One y las series en español de Netflix, y “Brigada Costa de Sol”, en asociación con Mediaset España y Warner Bros.
Suman los beneficios frente al control total
Las coproducciones son aparentemente beneficiosas para los gigantes del streaming como Amazon y Netflix, las cadenas de televisiones y los espectadores, que buscan contenido local de alta calidad. Históricamente, las cadenas de radiodifusión se vieron obligadas a adoptar con eficacia modelos de financiación deficitaria para crear sus propios dramas de alto nivel. Las coproducciones les permiten aumentar los valores de producción al tiempo que eliminan muchos de los riesgos asociados con la creación de contenido más costoso. A cambio, las plataformas de streaming maximizan los recursos y la experiencia existentes de las cadenas de televisión locales al tiempo que poseen los derechos casi globales a un precio muy reducido. Si bien algunas cadenas públicas están preocupadas de que las coproducciones puedan proporcionar a los gigantes de SVoD combustible para la construcción de la marca y una mayor erosión de la emisión, para los espectadores es una combinación perfecta.
¿Hipotecando un futuro?
A medida que las coproducciones ganen más tracción y más asociaciones entren en la refriega, esperamos verlas ocupando una parte cada vez mayor de catálogos.
No obstante, las ventajas financieras a corto plazo vienen con la pérdida de los derechos internacionales para las cadenas de televisión tradiciones y el riesgo de desviar a sus audiencias a las plataformas streaming, canibalizando las suyas. A primera vista, suman más aportaciones dinerarias, pero también, se puede vislumbrar que se estaría hipotecando el futuro. Los productores no quieren que las cadenas tradicionales se erosionen porque terminará minando un ambiente saludable. Se irá probablemente imponiendo un sistema de monopolio donde los derechos patrimoniales de los productores serán inexistentes o simbólicos. Pueden terminar como productores ejecutivos a sueldo de los gigantes.
Un idioma común
En la mayoría de los casos, los coproductores de televisión buscan socios que hablen su mismo idioma: Alemania y Austria; Francia y Bélgica; Reino Unido y Estados Unidos. De entre todos los países de la Unión Europea, Suecia parece ser el país más orientado a la coproducción y con la mayor diversidad de socios. La unión de varias cadenas públicas europeas, RAI (Italia); ZDF (Alemania) y FRANCE TV (Francia), rompe ese esquema y ha creado la Alianza para llevar a cabo proyectos de series de alto nivel y presupuesto como respuesta a los streamers. A este tridente público se suman otros socios privilegiados la RTVE (España), la RTBF, la VRT (Bélgica) et la RTS (Suiza).
A pesar de la novedad, España lleva años exportando sus contenidos y coproduciendo internacionalmente. Han entrado nuevos jugadores que terminan generando nuevas alianzas. las productoras y/o las cadenas vendían su producto a televisiones de otros países o a otros territorios europeos, ahora lo hacen a las plataformas. Sencillamente explotan las opciones de negocio que tienen enfrente que antes no existían.
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