El agregador de contenidos: una nueva figura en la cadena de valor
El agregador digital intermedia o conecta a los titulares de los derechos audiovisuales como productores, distribuidores de salas y agentes de ventas con las plataformas en streaming que ofrecen estos contenidos a través de internet. Abarca sobre todo las películas que no pertenecen a grandes estudios de producción, teniendo en cuenta que ya tienen capacidad y personal para cerrar acuerdos con las plataformas directamente.
Las películas de corte más independiente necesitan indudablemente de intermediarios que cultiven relaciones comerciales con plataformas VoD. Ahí radica el enfoque o público objetivo de los agregadores.
Los agregadores digitales suelen firmar ante todo un acuerdo o negocio con el productor de una película una licencia de derechos para poder iniciar la primera fase del trabajo que consiste en preparar el producto con la mejor calidad posible de acuerdo a los requisitos técnicos que exigen las plataformas web.
Hasta que no se haya aprobado la codificación de los materiales de la obra, no se iniciará el contrato de licencia en el que se establecen principalmente los territorios donde se verá la película y el tiempo de cesión de derechos de exhibición.
El tiempo del agregador, el un nuevo intermediario en la cadena de valor
El tiempo será habitualmente de dos años. El papel más importante del agregador es optimizar las ventas de los contenidos en las plataformas VoD. Dicha optimización y rentabilización de la película se inicia con un plan de marketing que incluye una proyección editorial para entregar paquetes de películas a las plataformas y luego se realizan campañas comerciales con los recursos disponibles por cada película para finalmente construir informes trimestrales que permitan evaluar el impacto de las acciones realizadas para cada producto audiovisual.
Nueva fórmula
Esta nueva fórmula de vender o posicionar contenidos digitales representa grandes oportunidades debido a los bajos costos que ofrecen el negocio y la accesibilidad para el usuario final. Su crecimiento está siendo exponencial y muy competitivo y ofrece ventajas que dan las plataformas a las películas más alternativas. O de nicho, debido a que los costos de almacenar y distribuir los contenidos disminuyen.
Por otro lado, este modelo de negocio otorga al productor más control sobre la negociación de la distribución y sus resultados.
No obstante, queda claro que sufrimos una sobreoferta de contenidos de las plataformas que implica mayores dificultades para las películas poder destacar en el entorno digital.
Estas nuevas posibilidades requieren fuerte inversiones en promoción y difusión de las producciones a través de ventanas de VoD para que los realizadores y productores ganen seguridad, pierdan miedo y realicen su distribución por fuera del sistema de ventanas tradicional.
El desafio frente a los agregadores de contenidos
El desafío es poderoso y no será fácil competir con los mastodontes como Netflix perseguido por sus grandes rivales como Amazone, Disney+, HBO Max y Apple TV+ en la categoría de servicios de video mediante suscripción (SVOD). Otros como Tubi, Roku, Pluto y Rakuten tratan de hacerse un hueco en el mercado con productos globalmente menos recientes y propuestos con anuncios, retomando así el viejo modelo de las cadenas de televisión.
Una barrera será, para los que dispongan o no de poder adquisitivo, el número de plataforma por usuario. Los usuarios acabarán por abonarse a dos o tres servicios de pago al que se ha de sumar el modelo AVOD (modelo financiado por la publicidad) tipo Pluto TV o Tubi deberá ser un complemento natural a las ofertas de VOD (video a la demanda) mediante suscripción (SVOD) y por producto (TVOD).
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